Hoy os recibimos con una imagen de marca nueva, renovada y más madura. Y es que el tiempo pasa por todos, también por nuestra pequeña empresa, que año tras año va viendo su crecimiento.
Fue en el año 2013 cuando Laura emprendió la aventura. Apasionada del diseño en general, con especial relevancia en interiorismo y gráfico, creó sus innovadoras invitaciones de boda. El inicio de cualquier elemento de la papelería de boda comienza por un dibujo a mano pintado mediante la técnica de la acuarela. Posteriormente, se completa el diseño de forma digital y se rematan nuevamente a mano.
Al universo de la papelería se le sumó el de la decoración de los lugares de celebración de los eventos y este año hacemos inmersión en el mundo floral. La progresiva evolución que sufre la empresa nos obliga a crecer con ella, aumentado las colaboraciones y el número de empleados.
Estamos felices de este hecho y por ello hemos querido aportar un toque más profesional y minimalista a nuestro logo, el que a partir de ahora nos acompañará en todo momento. Tanto cambio no nos impide continuar con nuestra actividad volcada en las bodas, porque como ya sabéis: cada detalle marca la diferencia.