Hola buenas,
Hoy cambiaremos un poco la temática y os vamos a contar la historia del bolso.
El bolso, en especial el de mano, ha sido, es y será nuestro compañero más fiel en cualquier evento y hará que nuestro look sea único, especial y original.
El bolso de mano surge como una necesidad, que se va adaptando a las modas de cada época, hasta convertirse en un complemento imprescindible.
En la Antigüedad las prendas de vestir utilizadas eran las túnicas y los mantos, por ello llevaban pequeñas bolsas creadas con piel de animales.
En los siglos XIV y XV los nobles y burgueses, con una vida con mucha más actividad social y económica que el resto, necesitan una forma de llevar sus pertenencias que sea acorde a su estatus. Así nacen las limosneras, que son verdaderas joyas de artesanía que se solían llevar sujetas a los cinturones.
Durante el siglo XVI y con el Renacimiento, las pertenencias y las monedas se guardan en el interior de las voluminosas faldas de las mujeres. Estas pequeñas bolsas en ocasiones eran cosidas a la ropa. ¿Será aquí cuándo nacen los bolsillos?
Pero, a finales del siglo XVIII y principios del XIX, se produce un gran cambio en la forma de vestir de la mujer.Con los nuevos vestidos ya no es posible esconder las pertenencias en el interior de la ropa y resurge así el uso de un bolso llamado retículo. Este es un bolso pequeño y plano que las mujeres usaban alrededor de la muñeca. Fue el precursor del bolso de mano, que a finales del siglo XIX ya era accesorio femenino indispensable.
Los contenidos, aspecto y forma de los bolsos del siglo XIX no eran muy diferentes a los que llevan muchas mujeres de los tiempos modernos. Los primeros bolsos de mano con asas metalizadas, tal y como se conocen hoy, aparecieron hacia 1875. Los bolsos se transformaron en un elemento más práctico cuando las mujeres empezaron a trabajar.
Y recuerda, si buscas un complemento que se adapte a tu evento puedes pasarte por nuestra tienda online o acercarte a conocernos en la entreplanta de Paseo Zorrilla 42.